Tiene el pelo más largo que yo, es de la quinta de Bruce (1949) y sus canciones suenan a gloria. Ha sido actor y escritor pero su estado natural, su esencia está en el rock and roll. Dio sus primeros pasos en esa época tan vibrante de los EEUU a finales de los años 60 y comienzos de los 70, y fue entonces cuando se vino a Europa a interpretar canciones de Bob Dylan, para dar a luz en 1973 su primer disco, «Aquashow», ya de vuelta en New York. Así comenzaba una carrera musical llena de letras y composiciones únicas, reflejadas en 33 álbumes con un sello distintivo muy personal y dignas de un genio de esa generación tan prolífica: la de Elliott Murphy.
El caso es que este brillante rockero viene este fin de semana a Zaragoza y no de turismo, puesto que ya conoce la ciudad muy bien. Esta es su décimosexta visita y en esta ocasión el motivo es una fiesta: la celebración de la reedición de su primer disco, “Aquashow”, editado hace 40 años, así como un mini LP titulado “Intime”. Pero no solo eso, porque a sus 67 años -atentos, ahí va mi frase favorita para estos rockeros virtuosos maduritos: «lejos de jubilarse, está lleno de júbilo»-, Elliott Muphy protagoniza también el documental «The second act of Elliott Murphy», dirigido por Jorge Arenillas.
En el escenario del Teatro de las Esquinas no estará solo: le acompañará el intrépido Olivier Durand a la guitarra y juntos nos deleitarán con temas como «Last of the Rock Stars», esos clásicos que siguen poniendo la piel de gallina porque el sonido de las guitarras junto a la inconfundible voz de Elliott es un espectáculo para los sentidos.
El Teatro de las Esquinas abrirá sus puertas a las 21 horas, pero el concierto comenzará a las 22, y la entrada cuesta 20 euros. Os garantizo que será de las mejores inversiones que hagáis; os dejo con su directo para que vayáis abriendo boca y flipéis, y os entren unas ganas locas de vivirlo en primera persona. Porque esa es la sensación que estos genios dejan en los conciertos: que estás viviendo un momento especial en el que solo importan la música y las emociones que despierta.
El domingo os lo cuento…