La Bóveda del Albergue, uno de los sótanos más mágicos y majicos de Zaragoza (más o menos empatado con el de La Campana) que vosotros quizás asociéis al jazz, recibe este viernes al mejor cantante de España.
Sí, sí, soy tajante pero estoy convencida de ello, y si vosotros todavía no, es que no habéis escuchado a Txetxu Altube. Tiene un dominio de su voz y sus cuerdas vocales que, unido a unas letras contundentes y llenas de sentido, forman unas canciones que enganchan y que conectan con tu propio sentido de la vida.
Txetxu es como ese amigo con el que quedas para echar unas cañas cuando pasa por Zaragoza, ya que es madrileño, solo que a ese plan se añaden unos conciertazos íntimos, sentidos y llenos de poesía. Yo creo que no hay nada más liberador que cantar a su lado alguna de las canciones que más hondo te llegan, porque realmente son letras con las que cualquiera nos podemos sentir identificados en un momento u otro, porque hablan de la vida, porque Txetxu es un intenso en las emociones, como todos.
Y eso que todavía no os he hablado de su otro don: la guitarra. Cuando no canta es por una buena razón, y es que sus solos son pasión, entrega y un perfecto dominio del instrumento que maneja a su antojo. De hecho fue lo que le llevó a decidirse por una vida plenamente dedicada a la música. La gira de despedida con el gran Miguel Ríos fue el detonante perfecto para dejarlo todo y ponerse en serio con la banda que entonces capitaneaba: Los Madison.
Los Madison ya habían nacido mucho antes y ya tenían «Días de vértigo» (2007) en el mercado, un disco que siempre me ha apasionado y con el que siempre me he sentido muy identificada. Siguieron con «Vendaval» (2009) y «Compás de espera» (2012), también plagados de grandes canciones.
Yo pensaba que eran todo equilibrio, entre la poesía y voz de Txetxu y el rock de calidad de la banda. Pero está claro que algo en ese engranaje falló, porque en 2014 Los Madison decidieron separarse y lo único bueno de aquello fue que Txetxu siguió su carrera en solitario.
Fruto de esta nueva etapa es «Cuestión de intensidad» (2015), un disco que refleja la personalidad de Txetxu en nuevo marco sonoro que camina hacia el misticismo de la música celta y que nos ayuda a profundizar en esa intensidad de nuestras vidas. Si queréis ser partícipes de esto que os cuento y que os va a gustar, el viernes a las 23 horas en La Bóveda del Albergue, Txetxu Altube en directo (10 euros). ¡Yo voy!