El misterio llevaba durando semanas: qué bonita es la expectación a veces. Por Navidad les regalamos a los vecinos una experiencia en Coco Room que se fue transformando hasta convertirse en el Orient Express de Clue Hunter, que nos llamaba mucho la atención.
Solo sabíamos que en un viaje en el Orient Express sucede un asesinato pero, por suerte, entre los pasajeros nos encontrábamos nosotros que, como ya es sabido por todos, somos unos investigadores muy reconocidos. Así que antes de que el tren llegue a la proxima parada y el asesino pueda bajarse del tren, debemos descubrirle para que caiga sobre él todo el peso de la ley.
- Consejo número 1: reservad con tiempo. A nosotros nos costó mucho saber qué día y a qué hora nos venía bien a todos y cuatro días antes solo quedaban dos horarios disponibles: a primera y a última hora. Como ninguno madrugábamos, nos decidimos por las 21:45h pero lo cierto es que cada día hay hasta 7 franjas horarias para elegir.
- Consejo número 2: que no os dé apuro el precio, os parecerá una inversión muy bien hecha y la experiencia lo vale. Si pagáis a escote, saldréis por unos 15-20 euros por persona.
- Consejo número 3: dejaos llevar, todo está muy pensado y preparado para divertirse. No os deis mal con si os devolverán el dinero si lo resolvéis muy rápido o si no podréis salir nunca. Creedme: los 60 minutos que dura el juego están muy bien ajustados.
Cuando llegamos a Clue Hunter (Predicadores, 79) escuchamos a gente gritar y nos dio esa típica sensación de la sala de espera del dentista. Pero entre juegos de lógica, formularios y cubos de rubik (esta enumeración podría perfectamente ir en singular), ¡llegó nuestro turno! El equipo #canelicafina, que así es como nos auto denominamos, estaba listo para resolver todos los enigmas del lugar.
Nos atendió una tocaya mía, Bea, que se presentó ante nosotros como nuestro ángel de la guarda: era quien iba a mandarnos pistas cuando nos viera más perdidos que un mimo en un juicio oral (y así fue), porque ya nos explicó que habíamos elegido el juego más difícil que existía. Y lo era porque además de todas las dificultades del escapismo se añadía la de resolver el asesinato para poder salir del tren.
Nos dio todas las instrucciones del juego, que se nos amontonaban en la cabeza antes de empezar, y de un momento a otro nos encontramos en un vagón de tren. Lo que allí dentro ocurrió no os lo cuento para que lo viváis por vosotros mismos porque os lo voy a recomendar encarecidamente. Solo sé que corrimos, pensamos, nos estrujamos los sesos y los 60 minutos se pasaron en un pestañeo.
Al salir, la sensación de adrenalina era tan fuerte que solo podíamos decir: «qué pasada», «vamos a otro», «¿cuándo vamos a otro?», «el próximo el de Caesaraugusta«, «cómo ha molado tal prueba», «qué difícil era tal otra»… y así hasta llegar a casa y un rato después. También nos hicieron esa foto molona como recuerdo para la posteridad que publicaron en Facebook y nos enviaron al correo electrónico super rápido: son super atentos.
Así que procedo a ponerme pesada: tenéis que ir, vivir por vosotros mismos lo que es el trabajo en equipo para lograr resolver el enigma final y todos los que por el camino se van planteando. La puesta en escena, la decoración y el desarrollo del juego están trabajadísimos y os van a sorprender mucho, aunque hasta que no acabe el juego no tendréis ni tiempo de pensar en ello porque os aseguro que la historia os atrapará. Es de esas experiencias en las que no puedes dejar de pensar después por lo emocionante que resulta y la intensidad con la que se vive. Id y dadme la razón 😉