La idea de la fiesta de la música fue una invención del músico americano Joel Cohen en 1976, cuando trabajaba para Radio France y propuso los “Saturnales de la Musique” el 21 de junio y el 21 de diciembre, con el objetivo de promover la música en directo gratuita durante estos días. Pero es en 1982 cuando el gobierno francés celebra oficialmente la «Fête de la Musique» invitando a los músicos del país a salir a tocar a las calles en las últimas horas de la tarde para visibilizar a los artistas y democratizar su arte.
A partir del Año Europeo de la Música en 1985, la UE también comenzó a celebrar cada solsticio de verano, el 21 de junio, una jornada destinada a promocionar la música de dos maneras: la primera, que los músicos aficionados voluntariamente salgan a tocar a la calle. La segunda es con la organización de conciertos gratuitos, en los que el público tenga la oportunidad de presenciar sus artistas preferidos sin importar estilo ni origen.
Y a tales efectos estábamos invitados con el concierto de The Kleejoss Band en La Ley Seca. «Windy City Rock & Roll Band» es el apellido de esta banda zaragozana, y vaya si cumplen eso del rock and roll… Sin artificios, sin modas, solo esas letras en inglés sobre historias corrientes acompañadas de guitarras, bajo y batería. Para muestra, un botón con forma de reproductor de Youtube:
The Kleejoss Band nació con la mitad de energía que tiene ahora, y no era poca: Luis Kleiser, guitarrista y cantante de los que podrían conquistar a cualquiera en cualquier estilo, fue el cofundador junto con Joss Mayoral, un batería de los que se dejan el alma a través de las baquetas y se desmelenan, literalmente.
Ellos fueron los artífices del primer proyecto en forma de disco, «Windy City Haze» (2014), y desde entonces no pararon de crecer hasta completar el cuarteto con Guillermo Mata al bajo y Coco Kin -al que ya conocéis de Mama Kin– a la guitarra.
El uso de la palabra «crecer» no es nada gratuito porque realmente no han parado de trabajar y aumentar su repertorio, mientras perfeccionaban una presencia escénica que finalmente se traduce en unos bolos espectaculares, protagonizados por la adrenalina y el rock, el rock sobre todas las cosas.
Esos instrumentos apasionados, que despiden sonidos esencialmente rockeros, vibrantes, de los que hacen decir varias veces «qué pasada» e incluso te hacen tener ganas de aprender a tocar la guitarra eléctrica. Soy malísima en cuanto a instrumentos se refiere pero de verdad que hay conciertos en los que me apetece mucho saber hacer esos riffs que ponen los pelos de punta.
En fin, que conforme avanzaba la noche las sorpresas se sucedían: primero, la oportunidad de escuchar en exclusiva temas inéditos de los que van para el cuarto disco, que en unos días los Kleejoss entrarán a grabar. Sí, sí el cuarto disco, aunque os haya explicado que el primero se publicó en 2014. El caso es que estos incansables rockeros van publicando aproximadamente un disco por año: el segundo fue «Villa Modesta» en 2015 y el tercero «River Sound Unleashed» en 2016. Prácticamente están tardando mucho con este cuarto (guiño, guiño).
Otra sorpresa estupenda llegó cuando al escenario empezaron a subir músicos y allí se formaba la auténtica Fiesta de la Música: notas, sonidos y voces distintas que formaban un único estallido del rock inundaban el local, situándonos ante una noche memorable.
No es de extrañar que la noche terminara por Neil Young, con largos instrumentales para el deleite de los presentes y con abrazos que evidenciaban en buen rollo que hay entre estos Kleejoss que no se andan con chiquitas ni medias tintas: son unos máquinas.
ANDANDA! 